Rugelachs de confitura y pistachos {pequeñas delicias de origen judío}

Lunes otra vez, pasan las semanas y casi sin darnos cuenta comenzamos a dejar atrás el frío y nos acercamos a mi época favorita. El sol y la luz me dan la vida, me cargan de energía y me hacen sentir feliz.
Siempre por estas fechas estoy en un estado extraño, siento como si el frío hubiese acabado con mis reservas de calor, estoy perezosa y cansada y eso no me gusta...nonono, no me gusta!

Me cuesta cocinar, redactar un simple post y no digamos hacer una foto... mis retratos de comida se vuelven mucho más minimalistas, apenas ensucio nada para hacerlos. Nada que ver con el furor creador que me suele acompañar :). Mis fotos se vuelven blancas, si, "blancas"en el sentido de que están más vacías, limpias, ordenadas... cosa que me indica que necesito hacer un "reset".
Por eso pronto, muy pronto, saldré en busca de nuevas experiencias, nada mejor para cargar de energía un ser inquieto y "de mal asiento"como yo ;).

Hoy os muestro un pequeño ejemplo de las cosas que podré comer en mi destino "reparador" :). Unos deliciosos bocados con textura entre croissant y masa quebrada, cuya masa se hace con queso crema,  rellenos de deliciosa confitura y cubiertos de pistachos.
Los creadores de semejante delicia, los judíos Asquenacies, procedentes de Europa central y oriental, que en su periplo por el mundo recalaron en una ciudad, la ciudad a la que voy :) y dejaron su huella culinaria y no solo culinaria.

Ya sabéis a donde viajaré muy, muy pronto??? :)

Ingredientes para doce pequeños bocaditos deliciosos:

- 95 gr de harina de fuerza.
- 65 gr de queso crema.
- 60 gr de mantequilla fria cortada en taquitos.
- 1 pizca de sal.
- 1 huevo batido para pintar los rugelachs.

Para rellenar:

- 2 o 3 cucharadas de confitura de albaricoque, si es casera mucho mejor ;)
- 80 gr de pistachos triturados.

Preparación:

- Introducir todos los ingredientes de la masa, excepto el huevo, en el vaso de un robot. Accionar hasta que todos los ingredientes se integren y formen una bola. Envolver en film transparente y refrigerar durante cuatro horas como mínimo, yo la deje una noche entera.

- Una vez finalizado el reposo espolvorear una superficie con un poco de harina y estirar la masa con forma de disco, hasta que tenga un diámetro de unos 30 cm.

- Extender la confitura y  espolvorear casi todos los pistachos, reservando unos cuantos para decorar. Dividir el disco de masa en doce porciones iguales y enrollar cada una de ellas empezando desde la parte más ancha, como si fuese un pequeño croissant. Disponer los pequeños rugelachs sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal, pintar cada uno con el huevo batido y espolvorear el resto de los pistachos machacados. Precalentar el horno a 170º.

- Hornear durante unos 15 o 20 minutos, hasta que se vean dorados y la cocina huela a gloria :) Esperar diez minutos antes de disfrutar de ellos. A pesar de que recién hechos son exquisitos, se conservan bien en una lata de metal un par de días y siguen siendo ricos :)

Feliz y dulce semana amigos!!!!