Vuelta a casa.

domingo, 7 de marzo de 2010


Ya estoy en casa. Mi lavadora y mi secadora llevan todo el día en marcha con grave riesgo para su salud y yo estoy melancólica.
Ya os dije que me iba unos días a Portugal, más concretamente a Oporto. Para quien ya conozca esta ciudad, no creo que haga falta que diga nada, pero si no habéis estado os la recomiendo:
Sus calles estrechas y empinadas (¡a veces muy empinadas!, recomiendo más las bajadas); sus iglesias repletas de azulejos azules y blancos que surgen por todas partes; la ribera del río... Eso sí, si alguien busca una capital super moderna y cosmopolita mejor que no vaya.


Por otra parte, es una ciudad donde se puede comer muy bien por muy poco. En cada placita, callejuela o avenida hay confiterías donde lo mismo puedes desayunar un pastelillo de los muchos que hay (ya os pondré al día, me he traído unas recetas) o puedes comer uno de los variados platos del día que ofrecen, como hice yo, que comí una "Francesinha" que es un bocadillo de pan de molde relleno de carne y cubierto de salsa picante. Doy fe de que no me quedé con hambre, aunque quizás prefiera uno de los platos de bacalao tan deliciosos que cocinan (hay uno en concreto que repetí varias veces y que, como imaginareís, pronto os colgaré aquí) o, el más típico de la ciudad: unas "tripas a la moda de Oporto".

Por ahora y después de esta semana gastronómica (menos mal que caminar por la ciudad ayuda a quemar calorías), me temo que llenaré la nevera (que por cierto está llena de telarañas) con cosas ligeras y eso es lo que cocinaré para mi y ¡para vosotros!!!.

2 comentarios:

Reyes dijo...

Me alegro que hayas regresado y por lo que he leído has disfrutado.
Echaba de menos tus recetas y a tí, por supuesto.
Chao y hasta mañana...

Juana dijo...

Tengo unas recetillas que te van ha encantar...Besos!

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